AURORA, Colorado. — Mientras Britney Taylor recorría Mama Bird Maternity Wellness Spa durante su inauguración esta primavera, pensó en el nacimiento de su primer hijo: una experiencia confusa y solitaria que resultó en una cesárea no planificada y un largo período de depresión posparto.
Pero aquí, en esta ciudad vecina a Denver, familias locales y sonrientes doulas (personas que ofrecen apoyo emocional durante el embarazo y el parto, pero no atención médica) deambulaban por un espacio luminoso y con música alegre, en donde principalmente mujeres de color pueden recibir masajes, reunirse con profesionales y grupos de apoyo, y asistir a clases sobre lactancia materna, parto y cuidado infantil.
“Esto es perfecto”, dijo Taylor. Su próximo parto, dijo, “será completamente diferente”.
A unas 12 millas de distancia, en el noreste de Denver, personal del Families Forward Resource Center estaba preparando una sala en donde las familias a las que se les puede dificultar ir al médico podrán reunirse fácilmente con el personal clínico para obtener respuestas a sus preguntas médicas.
También se preparaban para contratar a una entrenadora de doulas, para ayudar a aumentar el número local de trabajadoras de color de apoyo al parto.